viernes, 6 de febrero de 2009

"Mi jefe llegó a empujarme, pensé que me iba a pegar"

Elena fue víctima del 'mobbing' en su puesto de trabajo: ella está de baja.

Elena sabe muy bien lo que se esconde detrás del término 'mobbing', un fenómeno que afecta a doce millones de trabajadores en el mundo.

Elena tiene 34 años, de los que 15 lleva trabajando en una empresa de plásticos como administrativa. Ahora está de baja por estrés, un término también de moda que sirvió para bautizar al estado de ansiedad e impotencia al que le abocaron los sistemáticos atropellos de su jefe. "Yo lo comparo con la tortura china de la gota que te cae sobre la cabeza. Poco a poco, pero incesante", lamenta. "Al principio, los enfrentamientos eran muy espaciados en el tiempo -recuerda-, pero luego se convirtieron en el pan de cada día". Elena enumera: "Si encendía la calefacción porque la encendía, si ponía la radio criticaba la emisora que elegía... Todo le servía para increparme. Llegué a medir todos mis movimientos por miedo a desatar su ira".

En lo tocante al desarrollo de sus funciones era aún peor: "Todo lo hacía mal, pero paradójicamente cada vez me daba más trabajo, más responsabilidades. Llegó un momento en que me vi desbordada". A los enfrentamientos cara a cara se sumaban las críticas a sus espaldas: "Yo trabajaba sólo por la mañana. Por la tarde se dedicaba a ponerme verde ante mis compañeras, que como se llevaban bien conmigo me lo contaban a la mañana siguiente".

Elena volvía todos los días a casa con el eco de la voz de su jefe: "'Pareces tonta', me decía a cada momento". Sus palabras comenzaron a hacer mella y el pasado mes de marzo comenzó a recibir tratamiento psicológico y a tomar antidepresivos y ansiolíticos.

Cada enfrentamiento suponía una recaída.

La gota que colmó el vaso llegó una fría mañana de mayo. "En la oficina hacía más frío que en la calle y yo me abrigaba todo lo que podía: pantalón de chándal, jerseys gordos... Se empezó a meter con mi manera de vestir y a decirme que menudas pintas llevaba. Yo le dije que me vestía así porque hacía frío y se puso como una fiera. Llegó a empujarme y pensé que me iba a pegar". Ese día Elena cogió la baja: "No podía más". Desde entonces no ha vuelto a saber nada de la empresa. Todavía no se ha recuperado: "Me da miedo salir sola de casa por si me lo encuentro, ya que vive muy cerca de mí". "¿Que por qué creo que la tomó conmigo? -Elena se encoge de hombros- no lo sé. Puede que me viese como una amenaza porque él mismo se daba cuenta de que el cargo de director administrativo le venía grande y que yo, como tenía mucha, experiencia trabajaba bien", explica.

3 comentarios:

  1. He llegado a esta página gracias a un enlace que nos ha dejado un provesor en el Máster de Prevención de Riesgos. La verdad es que estoy alucinada con las cosas que leo. Sabía de estos casos pero no sabía que fueran tan frecuentes. La gente que acosa deberían ser retiradas de su cargo, ya que enferman a la gente, a la empresa, son como un cancer que se expande. Cuando la tomán con alguien no hay quién los paré y desgraciadamente hay pocos medios para diferenciar un acoso hoy día.
    Esperemos que esto cambie. Un saludo y fuerza a estas personas que intentan ganarse la vida dignamente.

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  2. En todo lugar encontramos personas problematicas, posesivas y que quieren opacar el trabajo de la otra persona.

    son manipuladoras, chismosas, burlonas como no tienen un nivel intelectual y su fisico no le ayuda quieren hacer creer a todas las persaonas que uno no es tan nteligente.

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  3. como entiendo a todas estas personas, yo llevo así muchos años, quizás no el total de los que estoy en la empresa que son 18, pero casi, soy secretaria de dirección junto con otra compañera que es la secretaria inmediata, no me cuentan las cosas, me ignoran, no me proponen formación y a ella sí que apenas lleva 2 años en el puesto y que por supuesto cobra mas, desde el primer día, he editado libros, hecho un montón de diseños, cosas que no competen para nada a una administrativa y no se me han valorado, el director me ignora a menudo, ya que la situación me subleva, mi jefe inmediato no hace nada apenas le paso algunas llamadas, mio puesto, por así decir siempre es sustituible y por eso se prostituye, no se me informa en fin 18 años dan para mucho, lo peor es que me avergüenza, sobremanera contarlo en casa, ellos han visto todo mi trabajo que muchas veces me lo he traido y todavía peor les está afectando un montón, aunque como digo intento no contar nada.

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