martes, 10 de febrero de 2009

Accidentes Laborales en Oficinas

Caso 1

En mi trabajo de secretaria tenía que desempeñar diversas y variadas funciones. Un día, me corté en el dedo con un cúter. Como parte de una labor que me habían encomendado realizar, tenía que abrir paquetes rápidamente para repartir su contenido, eran unas bolsas de plástico con un fleje que tenía que cortar mientras lo sostenía con la otra mano. En una de esas, al hacerlo descuidadamente me corté el dedo medio más o menos profundamente. Sangraba profundamente y un compañero me llevo al hospital donde me dieron cuatro puntadas de sutura. Eso fue hace 7 años y aunque ya no trabajo ahí, todavía tengo la cicatriz.


Caso 2

Mobbing: Acoso en serie.

El siguiente relato es rigurosamente cierto y sucedió hace casi 10 años en una Administración del Estado. Tomé Posesión de mi puesto de funcionaria en el año 1992 con toda la ilusión de quién ha tenido la suerte de prepararse una oposición y conseguir aprobar; eso creía yo. El Primer día que me incorporé ya tuve un tropiezo con el que tenía que ser mi jefe directo. Era una persona maligna e inculta cuyo pasatiempo favorito era dedicarse a vejar por turno a todos los trabajadores que estaban bajo su mando.

El personal del departamento estaba formado por su secretaría que era su incondicional, por una mujer de unos 60 años de edad que era la jefa del equipo, tres chicas con la categoría de auxiliar, y una chica contratada que se encargaba de la paquetería, el ordenanza del departamento, María que sólo le permitían pegar sobres y yo.

El jefe de sección había ascendido dentro de la Administración por antigüedad, pues llevaba toda la vida en ese Ministerio, había entrado de ordenanza y a fuerza de años fue escalando puestos. El peor trato lo llevaban los que antaño habían sido sus compañeros ordenanzas, les hacía la vida imposible. Hasta el momento de incorporarme yo parece ser que conseguía sabotearles su trabajo, les tiraba los papeles y expedientes detrás de los casilleros, les sacaba los carritos que se utilizan para transportar los expedientesa cualquier pasillo y un montón de bajezas por el estilo. A mí me pedía continuamente que lo hiciera, siempre me negué y el hombre parecía recapitular en su actitud, pero volvía a la carga.

En los dos años que estuve en ese departamento, comprobé como se dedicaba a vejar por turno a todos los que estaban bajo su mando. Con quién más se ensañaba era con el ordenanza que había sido compañero suyo durante muchos años, se dedicaba a decirle que estaba muy viejo para ser los dos de la misma edad, que era tonto y mil cosas más, siempre gritando y llamando a la gente tarada, lisiada, retrasada, etc. Un buen día al ordenanza le dio una embolia allí mismo y no pudo volver a trabajar.

De las tres auxiliares una plantaba cara, y las otras dos lloraban por turnos, según a quien le tocara hacer un determinado trabajo que se turnaban un día cada una. La auxiliar que plantaba cara acabo pidiendo un traslado, aunque se fue de departamento bastante después de irme yo. De las dos auxiliares que lloraban, una hoy en día sigue necesitando medicación para la depresión que se le desencadenó en el departamento.

Marta, la chica contratada, llevaba casi tres años en el departamento y faltaba poco para que se le acabara el contrato. No se daba tregua en ridiculizarla delante de todos llamándola retrasada , que era tonta y diciéndole que todo el mundo se reía de ella. A los pocos meses de entrar yo allí y aprovechando las vacaciones de navidad le quitó el trabajo a Marta, que había sido contratada para ello y me lo dio a mí, alegando que como se le acababa el contrato en unos meses lo hiciera, a ella la puso a sellar cartas, y a mí a saturarme de trabajo. Esas navidades tuve mi primera baja por depresión. Marta, al parecer era epiléptica, pero estaba controlada hasta el momento, a partir de ahí se fue notando lo que le afecto la degradación laboral, tuvo dos crisis de epilepsia en el puesto de trabajo a partir de ese momento, y no llego a finalizar el contrato, necesitó la baja.

Pero con quién fue más cruel, fue con María. María estaba delicada de salud, tenía antecedentes de depresión. Era una persona de una educación exquisita. Ella había solicitado el puesto que tenía años atrás cuando estaba delicada de salud. Con el tiempo ella vio que entraba gente nueva y que iban haciendo más cosas que ella y quería que le dieran más trabajo. El jefe le decía que ella había solicitado ese puesto en concreto y que sólo haría eso, acto seguido se ponía a hablar con su secretaría en voz alta diciendo que como era retrasada mental y no servía para otra cosa pues a pegar sobres. Con la ayuda de su secretaría, de la jefa de equipo y el silencio del resto del departamento empezó con María una temporada de burlas, control, vejaciones. Cuando más solicitaba María que le diera más trabajo, más se burlaba el jefe, y más la vigilaban para que no se acercara a ningún papel. Llego hasta tal punto su deterioro que un buen día no pudo venir a trabajar a causa del empeoramiento de depresión. Estuvo de baja mucho tiempo aproximadamente año y medio, un buen día se adentró en el mar y se ahogo, se suicido.

Yo misma tuve que sufrir las vejaciones de este sujeto, me llegue a enfermar de tanto trabajar, me lesione las cervicales. A partir de ese momento tuve que hacer rehabilitación, y empezó a llamarme tarada, lisiada, a reírse y decir que mejor fuéramos todos al médico de la empresa e hiciéramos rehabilitación. No quería que fuera en horas de trabajo, a partir de ahí fue una persecución a muerte. Un día, el médico de empresa tuvo que administrarme un Valium y mandarme a casa, a causa de una crisis de nervios y ello le sirvió para jactarse de "la voy a pegar otro disgusto aunque el médico la mande a casa".

En cierto modo fui bastante afortunada, con la ayuda del médico y del departamento de Recursos Humanos se me adjudicó un cambio de puesto de trabajo. Pero hasta en Recursos Humanos le temían, lo llevaban todo con mucho secreto para que él no se enterara. Me cambiaron a los dos días de solicitarlo, ya sabían quién era ese hombre, y textualmente me dijeron que "le quedaban dos años para jubilarse y que no sabían dónde ponerlo".


Tuvieron la suerte de que se incorporó una chica que estaba de excedencia y se la colocaron en mi lugar para que no protestara por la pérdida, alegando mis problemas de salud; suspiraron aliviados. Así y todo me costó recuperarme de la depresión más de dos años después de haber salido de ese departamento. Pero fui más afortunada que María, el ordenanza y la chica de paquetería.
Lo más triste que recuerdo ahora con relación a mi propio acoso, fue ver como mis compañeras casi se ponían de parte del acosador, con tal de desviar su atención de ellas, llegaron a creer que verdaderamente no quería trabajar, y no que estaba enferma. Y el último día que María estuvo trabajando, me tocó a mí decirle que no abriera unos sobres unos sobres que ya estaban separados para salir, se disgustó mucho, y cuando me entere de su muerte me sentí culpable, fui la última persona del departamento que hablo con ella.




viernes, 6 de febrero de 2009

"Mi jefe llegó a empujarme, pensé que me iba a pegar"

Elena fue víctima del 'mobbing' en su puesto de trabajo: ella está de baja.

Elena sabe muy bien lo que se esconde detrás del término 'mobbing', un fenómeno que afecta a doce millones de trabajadores en el mundo.

Elena tiene 34 años, de los que 15 lleva trabajando en una empresa de plásticos como administrativa. Ahora está de baja por estrés, un término también de moda que sirvió para bautizar al estado de ansiedad e impotencia al que le abocaron los sistemáticos atropellos de su jefe. "Yo lo comparo con la tortura china de la gota que te cae sobre la cabeza. Poco a poco, pero incesante", lamenta. "Al principio, los enfrentamientos eran muy espaciados en el tiempo -recuerda-, pero luego se convirtieron en el pan de cada día". Elena enumera: "Si encendía la calefacción porque la encendía, si ponía la radio criticaba la emisora que elegía... Todo le servía para increparme. Llegué a medir todos mis movimientos por miedo a desatar su ira".

En lo tocante al desarrollo de sus funciones era aún peor: "Todo lo hacía mal, pero paradójicamente cada vez me daba más trabajo, más responsabilidades. Llegó un momento en que me vi desbordada". A los enfrentamientos cara a cara se sumaban las críticas a sus espaldas: "Yo trabajaba sólo por la mañana. Por la tarde se dedicaba a ponerme verde ante mis compañeras, que como se llevaban bien conmigo me lo contaban a la mañana siguiente".

Elena volvía todos los días a casa con el eco de la voz de su jefe: "'Pareces tonta', me decía a cada momento". Sus palabras comenzaron a hacer mella y el pasado mes de marzo comenzó a recibir tratamiento psicológico y a tomar antidepresivos y ansiolíticos.

Cada enfrentamiento suponía una recaída.

La gota que colmó el vaso llegó una fría mañana de mayo. "En la oficina hacía más frío que en la calle y yo me abrigaba todo lo que podía: pantalón de chándal, jerseys gordos... Se empezó a meter con mi manera de vestir y a decirme que menudas pintas llevaba. Yo le dije que me vestía así porque hacía frío y se puso como una fiera. Llegó a empujarme y pensé que me iba a pegar". Ese día Elena cogió la baja: "No podía más". Desde entonces no ha vuelto a saber nada de la empresa. Todavía no se ha recuperado: "Me da miedo salir sola de casa por si me lo encuentro, ya que vive muy cerca de mí". "¿Que por qué creo que la tomó conmigo? -Elena se encoge de hombros- no lo sé. Puede que me viese como una amenaza porque él mismo se daba cuenta de que el cargo de director administrativo le venía grande y que yo, como tenía mucha, experiencia trabajaba bien", explica.

viernes, 30 de enero de 2009


ACCIDENTES LABORALES

Las oficinas, son, sin duda alguna, uno de los lugares mas peligrosos que existen para el hombre.

Piensenlo bien, los peligros van desde toneladas de papeles sotenidos precariamente en escritorios "fuertes", fallas electricas, cafeteras asesinas hasta jefes malhumorados, repartidores descuidados y empleados,que en cualquier momento pueden enloquecer y atacar.

Entonces ¿Porque arriesgamos nuestras vidas en estar ahi?

¡Para poder comer!

¡Claro!

Pero bueno, hoy sufri un pequeño incidente en mi oficina, que digamos, me dejo ligeramente herido.

Lo explicare con pequeños diagramas.

El siguiente, explica la division de los empleados, el mandamas, los siervos del mandamas, los lacayos de estos y los subordinados, yo me marcare en rojo

Bien, ahora, como pueden ver, ocupo un buen puesto en mi trabajo, pero no un punto crucial o realmente importante, asi que tengo que cuidarme muy pero muy bien.

Pasamos a lo siguiente, que es lo que importa. Si hay algo que me molesta en esa empresa es el hecho de que los ayudantes de los "Minijefes" no tenemos cubiculos, sino que estamos amontonados en escritorios uno detras de otro, eso es porque los otros empleados, trabajan fuera la mayor parte del tiempo, asi que no se necesita un enorme lugar.
Dado que trabajamos codo a codo los escritorios estan algo asi:

Parecera algo inhumano, pero siendo honesto esos son demasiados escritorios, la verdad es que son como la mitad de esos, aqui solo estoy exagerando, pero vamos al punto
Ahora, recuerden que soy el de rojo.

Soy una persona alta y el poco espacio entre escritorios me impide estar comodo, y aunque me siento hasta atras, necesito mi espacio "extra", por lo que tengo un trato con mi compañera de trabajo, la que se sienta delante de mi.
Yo estiro mis piernas y ella, si piensa mover su silla o algo me avisa a mi, de modo que yo las retire y ella pueda pasar con total libertad.

Es un acuerdo que hasta el dia habia funcionado perfectamente bien...repito, hasta el caprichoso dia de hoy.

Me encontraba yo charlando animadamente con una de mis superiores acerca de todo menos el trabajo, me encontraba charlando tan placidamente que respondi con un vago "ajha" a la advertencia de mi amiga, sin realmente prestar atencion a lo que ella habia dicho.
No fue hasta un par de segundos despues en que la silla paso por encima de mi espinilla hasta que comprendi lo que mi amiga queria decir, demasiado tarde pues para ese momento yo ya estaba aullando de dolor y hechandome para atras de golpe.

Mala jugada pues mis rodillas dieron contra el escritorio, que se volteo y me cayo encima, para colmo de males, mi amiga que reacciono con un buen salto ante mi grito, tiro su silla que fue a estrellarse contra mi rodilla, provocandome una fea.

Para colmo de males, repito que mi superior estaba ahi (Esta bien, YO estaba coqueteando) y estoy conciente de que mis aullidos y mis palabrotas no le dieron la mejor impresion del mundo.

Adolorido, avergonzado y dispuesto a golpear a la primera persona que se burlara (Que claro, no aparecio) me marche a casa en parte derrotado por aquel accidente y en parte alegre por tener una excusa para salir de esa oficina.

Claro, tengo que pagar unas cuantas cosas que rompi, como la taza de cafe de mi superior (Si, esa con la que estaba coqueteando)...

viernes, 9 de enero de 2009

Lourdes Mª Salguero Benítez



Carolina García Gómez



Elena López Janeiro


Este blog será una actividad complementaria para el módulo de fol, lo utilizaremos para publicar distintos temas que se veran a lo largo del curso

sábado, 13 de diciembre de 2008

¿Qué te ha parecido el trimestre?

Desde mi punto de vista no hay mucho que destacar, sólo la falta de tiempo para poder dar la programación de este módulo, y a veces vuestra falta de asistencia.